5 de agosto 2024. Inverness
Nos levantamos a las 4.30h porque el ferry sale a las 6 y hay que estar una hora antes. Somos las primeras, como de costumbre 😉. Vamos muy pocos pasajeros y el trayecto se nos hace muy corto.
A la salida cargamos gasolina y cogemos ruta camino de
Inverness, nuestro próximo destino!!
La carretera a Inverness es la
N500, famosa en Escocia para motoristas y roadtripperos. La comparan con la R66
americana. Las vistas son muy chulas y no hay mucho tráfico. Paramos a hacer un
mini-trecking con la perra en un lugar histórico que viene indicado en la
carretera y que resultan ser los restos de un antiguo pueblo agrícola que
desapareció hace unos años. Nos resulta muy curioso ver cómo le sacan partido a
todo, porque aunque el paseo es precioso y hace una mañana estupenda, lo que
nos encontramos al final son simplemente los escasos restos de algunas casas…
Eso sí, un montón de coloridos carteles te explican cómo era la vida de la
gente con el ganado y la pesca en esta zona de costa…
Comemos antes de llegar a
Inverness y dedicamos la tarde a visitar la ciudad y hacer algunas compras.
Inverness es la capital de las Highlands y es una ciudad pequeña y agradable
dónde pasear y realizar algunas compras. La atraviesa el río Ness y hay un
bonito paseo a las orillas del río que conduce a una zona donde el río se
ensancha creándose dos islas por las que se puede pasear.
Algo cansadas ya, salimos de Inverness
para visitar el Culloden Battlefield, el campo de batalla dónde se libró la
última batalla a campo abierto de Escocia en 1746 y en la que perdieron
estrepitosamente el bando de los jacobitas, desapareciendo desde entonces el
sistema de clanes en Escocia. En realidad, fue una lucha entre casas reales;
los jacobitas que querían volver a instaurar un rey de la casa Estuardo en el
trono británico y los partidarios de la Casa de Hannover. Los partidarios de Bonnie
Prince Charly, el hijo de Jacobo III, y pretendiente al trono de la casa Estuardo, eran mayoritariamente
los jefes de los clanes de las Highlands. El ejercito británico estaba liderado
por el Duque de Cuberland, que recibiría después de la batalla el sobrenombre
del sanguinario, debido a lo cruel que fue con los perdedores.
La visita al lugar te sobrecoge
el alma. Hay un centro de interpretación al que no entramos porque ya era tarde
y estaba cerrado, pero la visita es “simplemente” al campo de batalla donde
sucedió todo… Un páramos de varios km2 en el que varios carteles te van
narrando lo que ocurrió…. Los muertos en la batalla, que se cuentan por miles
(la mayoría del bando jacobita) están enterrados en este páramo, el grueso de
los soldados en fosas comunes y sin identificar… hay placas conmemorativas que
los cifran por cientos. Además, también hay placas con los nombres de los principales clanes que participaron en la batalla (desde el éxito de la serie Outlander, la
de los Fraser la han tenido que vallar para protegerla….).
A parte de que la disparidad de medios
y personal era notoria entre los dos ejércitos, los errores estratégicos fueron
descomunales por parte de los jacobitas…. Cuando se enteraron que la noche
anterior al enfrentamiento los británicos estaban celebrando el cumpleaños del
Duque de Camberlan, decidieron realizar un ataque por sorpresa, pero no
calcularon ni lo lejos que estaba el campamento, ni el páramo enfangado al que
se enfrentaban, ni la terrible noche de lluvia que les esperaba…. No solo no
consiguieron llegar al campamento enemigo, sino que alertaron a sus enemigos y
se enfrentaron al comenzar el alba, con los soldados jacobitas ya sin fuerza
por haber estado toda la noche sin dormir y los británicos frescos y bien
armados. La batalla fue totalmente desigual y en menos de una hora el resultado
estaba servido. Sin embargo, los británicos no se conformaron con ganar la
batalla, las órdenes recibidas indicaban exterminar a todos sin excepción, y
así lo hicieron… Murieron 700 soldados jacobitas (frente a unos 50 británicos) y
hasta 1500 fueron presos o masacrados tras la batalla… el campo quedó sembrado
de cadáveres....
En uno de los últimos carteles,
donde se habla de los 700 soldados muertos en ese mismo lugar, estábamos unas 8
personas leyéndolo a la vez y el silencio era sepulcral, creando una atmósfera
realmente sobrecogedora. No sé si es el lugar en sí, un desolador páramo, o la
forma de contarlo, pero sales de ahí sobrecogido….
Antes de buscar un sitio dónde
descansar después de tan largo día, nos pasamos a ver los Clava Cairns, unos monumentos
funerarios de la edad de bronce, que se encuentran muy cerquita de Culloden.
Los Cairns son monumentos funerarios que están formados por amontonamientos de
piedras. En este caso hay tres en pie que tienen más de 4000 años y están
rodeados de Standing stones mucho más bajitas que las de las Orcadas. Se puede acceder a la cámara interior de dos de
ellos. Aunque no tienen la altura original, se conservan en gran medida. Es sorprendente
como un “simple” amontonamiento de piedras sin argamasa ni nada que las una ha
podido aguantar 4000 años!!
De aquí ya nos vamos a descansar
a un sitio cercano, que hoy nos lo hemos ganado!!!
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